La Inteligencia Artificial es una oportunidad de la que se está aprovechando el sector privado principalmente, sin embargo, la administración pública tiene ante sí un gran aliado para mejorar la vida de las personas. Hablando en específico de España nos encontramos innumerables procesos lentos y desactualizados donde la Inteligencia Artificial podría cambiar por completo la concepción sobre el ente público. Tanto para bien como para mal, es un mundo todavía por descubrir por lo que cualquier nueva idea podría dar un vuelco a lo establecido.
Aplicaciones de la Inteligencia Artificial en el Sector Público
Chatbots o Asistentes Virtuales
Este es uno de los más “tradicionales”, si es que se puede emplear esa palabra hablando de tecnología, y útiles para la atención al público de los distintos estamentos gubernamentales. De forma general, los asistentes virtuales podrían tener la función de resolver dudas generales sobre los servicios o trámites, así como desatascar los organismos más saturados. Esta tecnología es cada vez más puntera gracias a los avances en procesamiento del lenguaje natural (NLP).
El mayor beneficio que podría experimentar la ciudadanía con respecto a los chatbots en la administración pública está en el ahorro de costes de personal dedicado a resolución de dudas y, principalmente, en la velocidad de respuesta que tiene esta tecnología. Por lo tanto, el número de personas atendidas al cabo del día, así como la calidad de la respuesta será mejor.

Inteligencia artificial en el sector sanitario
Desde la llegada de la pandemia de COVID-19 se han explotado diferentes soluciones basadas en inteligencia artificial al mundo de la salud. Basándonos en este virus, un gran beneficio está en el control de aglomeraciones de personas en determinados puntos de una ciudad. Es decir, tener un control de las zonas donde es más probable que el virus se propague y poder tomar medidas al respecto. De la misma manera se puede actuar, por ejemplo, con las zonas en las que existe una mayor polución para tener sobre aviso a personas que se pueden ver perjudicadas por ese ambiente. Convertiríamos las ciudades convencionales en ciudades inteligentes que “cuidan” de las personas que están en ellas.
Explotar el Big Data público
Los gobiernos y administraciones tienen acceso a grandes cantidades de datos que aumentan diariamente, pero de los que no se saca el 100% de su potencial. De estos datos se pueden extraer conclusiones muy importantes para mejorar la vida de las personas. Por ejemplo, en qué zonas se produce un mayor número de denuncias por robo y como consecuencia aumentar la vigilancia en esas zonas. Aquí entran en juego aspectos de la IA como es el Machine Learning e incluso Deep Learning.
En definitiva
A pesar de que la administración pública no debe perder el tren de la IA, se antoja difícil que a corto plazo veamos grandes cambios, sobre todo porque existen organismos donde puede ser más compleja de implantar. Sin embargo, queda demostrado que esta tecnología puede mejorar la vida de las personas y hacernos cambiar el prisma tedioso con el que vemos a los organismos públicos.